
Gloria Regal
16 noviembre 2017Gloria Regal es una de las artistas emergentes más prometedoras del panorama nacional. La mallorquina comienza una nueva etapa con una residencia en el Espai Sant Marc y nos habla en esta entrevista de sus impulsos creativos, la relación con el diseño y lo que le ha llevado a ser considerada uno de los nuevos talentos a los que no hay que perder de vista.
Con una obra centrada en el interior, la artista reivindica un arte que te lleva a reconectar contigo mismo lejos de la crítica social obvia o del reflejo de acontecimientos presentes o pasados. Para Gloria, su relación con el arte es tan íntima que la percepción de los demás pasa a convertirse en algo secundario. Ser artista tiene más que ver con lo que se expresa y se siente que con la profesión. Por ello, Regal defiende la posibilidad de escapar de la obligación de vivir del arte y vivir la pulsión creativa de una forma totalmente libre, sin miedo a decir no o a perder oportunidades.
PH – Para empezar, acudamos al principio. ¿En qué momento te empiezas a interesar por el mundo del arte?
GR – De niños todos tenemos la capacidad innata de dibujar, así nos expresamos. Nos ayuda a entender todo lo que nos rodea. Al crecer, muchos dejan de hacerlo. Recuerdo de pequeña visitar exposiciones y museos, me apasionaba. Me encantaba imaginarme la escena que estaba viendo en el cuadro y también me fijaba mucho en la técnica. Me parecía algo maravilloso y asombroso. Nunca he dejado de lado este interés artístico, me hace sentir bien, así que de una manera u otra siempre está presente. Hay épocas en las que produzco mucha obra, otras en las que me gusta más dedicarme a otras cosas, pero la verdad es que es una constante a lo largo de mi vida.
PH – Tienes formación en Diseño, ¿qué papel juega tu formación en el desarrollo de tu obra artística?
GR – Le doy mucho protagonismo a este hecho. Me fijo especialmente en los materiales y los aspectos técnicos de una obra pero yo creo que, más que todo esto, me ha influenciado en la manera de cómo me enfrento al proceso creativo. Me tomo la obra como un proyecto con diferentes fases muy diferenciadas, soy muy metódica y organizada. Sólo, al ejecutar la obra, tengo ese momento de libertad total en el que intento no pensar en nada y dejarme llevar. La idea extendida de un artista disperso en su mundo y en una vorágine creativa… yo no soy así, quizás ha tenido algo que ver mi formación o quizás elegí diseño porque yo era así ya.
PH – Para el profano, ¿cómo podrías calificar tu obra artística?
GR – Es el resultado físico o material de conectar con mi interior. No es que necesite expresar algo, no estoy segura. Supongo que es como un cantante que cuenta una situación que ha vivido mediante una canción, yo me cuento cosas a mi misma con mis obras. Es mi manera de hablar conmigo y estar en contacto con lo que siento importante.
PH – ¿Qué es lo que te aporta a ti misma y qué es lo que buscas que tu obra trasmita a aquellos que se enfrentan a ella?
GR – Como te comentaba antes, utilizo el arte para profundizar en mi interior y reconectar conmigo misma, no necesariamente para transmitirlo a los demás. No podría encontrar las palabras para describir un sentimiento, es imposible que otra persona entienda la esencia real y pienso que eso es lo maravilloso de todo esto. Cuando alguien me pregunta qué me lleva a crear una obra concreta, hablo de la idea general y de lo que me ha llevado a ello, pero siempre siento que me quedo corta. Lo que llega al observador ya depende de él, unos se fijan en los colores y otros imaginan posibles escenas… todo me parece genial. No pienso en el espectador hasta que me encuentro de lleno en una inauguración. Yo no tengo el recuerdo de querer información sobre algún cuadro, me parece tan interesante interpretar… así conectas realmente con una obra. No me interesa meterme en explicaciones que llevan a debates, pero bueno, yo controlo mi parte y lo que venga luego ya no depende de mí.
PH – ¿Cuáles son tus principales referentes en el mundo del arte y el diseño?
GR – De pequeña me marcaron Henry Matisse y Rubens, me parecen dos artistas que se salen de este mundo. Siempre me he fijado mucho en el arte “más clásico”, tan potente y auténtico. Respecto al diseño, más que diseñadores, mis referentes son los propios materiales en sí. Me puedo pasar horas y horas en una tienda de bricolaje buscando elementos para mis obras.
PH – Eres una de las participantes de la publicación Flamantes #3. ¿Qué supone esta publicación para ti como artista?
GR – Como artista es interesante que se divulgue tu obra a nivel profesional y compartir “espacio” con otros artistas que me gustan o que no conozco.
PH – ¿Qué consejos podrías darle a aquellas personas que están buscando abrirse un hueco en el mundo del arte?
GR – Diría que se guíen por sus instintos, sólo hay que hacerlo, sin más. El hueco existe. Todo lo que conlleva el arte es otra cosa, se aprende mucho con la experiencia. También depende mucho de la intención que se tenga, de lo que quieras conseguir. Pero es como todo en la vida, es ponerse a ello. El arte es algo tan visceral que parece que se convierte en una necesidad y creo que autoimponernos esta limitación personal nos hace un flaco favor, podemos ser muchas cosas en la vida a la vez que artistas. Siempre encontraremos un momento para crear y podemos convertirlo en una profesión única o combinarlo con otra que no tenga nada que ver.
PH – Afirmas que creas desde el instinto, ¿hasta qué punto el artista nace con esa pulsión que necesita ser expresada?
GR – Tengo claro que todos nacemos con una información. Todos nos expresamos de una manera u otra, sea cual sea nuestra naturaleza profesional o personal. No es que necesite expresarme a través del arte, se ha dado así de forma natural. Cuando digo que creo desde el instinto quiero decir que mis obras no hablan de algún acontecimiento histórico o una crítica a la sociedad. Lo que pase en el exterior no me interesa nada, me parece más importante conectar con el interior y eso sólo puede salir a través de algo instintivo y natural. Quizás esto también es en cierta forma una crítica y una reivindicación a volver a lo realmente importante en la vida y dejar de querer cambiar nuestro entorno.
PH – Participaste con un collage en la última edición de ARTNITCAMPOS, ¿es fácil para el artista emergente encontrar lugares donde exponer?
GR – Fácil es, lo difícil es encontrar lugares que valgan la pena. Hoy en día existen multitud de espacios tanto físicos como virtuales, por esto mismo es interesante tener un filtro. Como artista quiero participar en exposiciones o eventos, pero no a cualquier precio, aunque entiendo que a todos no nos mueven los mismos intereses y en el mundo del arte pasa igual. He comprobado que en la organización de eventos artísticos priman varios valores, a veces buscan calidad y otras cantidad. Es un negocio vender que el pago del artista sea dar difusión a su obra, cuando muchas veces la difusión se reduce a publicar un post en Facebook o Instagram. De todas formas, uno aprende a valorarse mucho y a tener muy claro lo que está dispuesto a hacer y a rechazar. En las exposiciones colectivas se aprende más que en un máster.
PH – Siendo natural de Palma, ¿exponer en ARTNITCAMPOS es empezar a ser profeta en tu tierra?
GR – Pues no tengo ni idea. Al estar entre Barcelona y Mallorca me hace especial ilusión exponer allí y siempre es interesante compartir espacio con artistas que me gustan. Sobre todo, es genial cuando la familia y los amigos pueden asistir al evento.
PH – Utilizas Instagram y Tumblr como escaparate de tu arte, ¿qué ofrecen estas redes sociales para el artista emergente? ¿Estamos ante las nuevas galerías del siglo XXI?
GR – Para mostrar mi arte busco una herramienta que me permita gestionar yo misma la información de forma rápida y sencilla y eso es lo que ofrece Tumblr. Yo no tengo el concepto de que una página web sea más seria o más profesional, así que me va bien así. No es que descarte tener una web en algún momento, pero no lo percibo como algo indispensable. Instagram es más un diario personal en el que enseño cualquier cosa que me apetezca de mi vida personal y artística, que al fin y al cabo es lo mismo. Además, es fácil e interesante poder conocer a gente de todo el mundo y contactar con otros artistas y espacios. Así que está claro que es un buen escaparate, pero todo es tan efímero que quizás mañana esté pasadísimo de moda y ya nadie lo use. Como artista y asidua a galerías lo veo algo indispensable para estar al tanto de lo que se expone porque no siempre puede ir uno de forma física. Sé que tenemos las redes sociales muy interiorizadas, pero me sigue asombrando la ausencia del concepto distancia física, me parece genial contactar con un artista que me guste de Australia o que una persona de Japón me diga que le encanta una obra mía.
PH – Ser mujer en el mundo del arte, ¿es fácil? ¿Notas las mismas oportunidades que a tus compañeros varones?
GR – Claro, ¿por qué tendría que ser difícil? No percibo diferencias entre sexos. En cualquier aspecto de la vida veo a personas, no a mujeres u hombres así que no siento que haya discriminación alguna. A veces participo en exposiciones colectivas en las que hay más hombres y otras en las que hay más mujeres, no hay que ver más allá, me fijo más en las obras.
PH – ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
GR – Ahora estoy centrada en el próximo proyecto que desarrollaré durante una residencia artística en Espai Sant Marc, Mallorca. Me ofrecieron esta oportunidad en un momento en el que me replanteo mi papel como artista así que tengo ganas de ver qué sale de todo esto y decidir hacia dónde voy. También voy a empezar la carrera de Psicología, hace tiempo que me apetecía y, en realidad, no se aleja demasiado del concepto que trabajo en mis creaciones.
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